Detalle

Datos personales

Foto
Foto Diario de Cultura
Apellido Palmaz
Nombre Julio
Actividad Médico
Fecha de nacimiento 13/12/1945
Lugar de nacimiento La Plata
Provincia Buenos Aires
PaĂ­s Argentina
Fallecimiento:
Detalles Ver mĂĄs

CategorĂ­a / Sub CategorĂ­a

CategorĂ­a Ciencia y tecnologia
Sub CategorĂ­a Ciencia y tecnologia / Medicina

FormaciĂłn

TĂ­tulos obtenidos

Médico especializado en Radiología Cardiovascular e Intervencionista

Alma mater

Universidad Nacional de La Plata / Universidad de California.

Premios y distinciones internacionales

Premios y distinciones internacionales

2010 y 1999 – Premio Cardiovascular Research Foundation a las innovaciones histĂłricas en medicina cardiovascular intervencionista (Estados Unidos).

2010 – Premio LĂ­deres en InnovaciĂłn de la Sociedad de RadiologĂ­a Intervencionista (SIR) Interventional Cardiovascular Medicine (Estados Unidos)

2007 – Medalla de Oro de la Sociedad de RadiologĂ­a Intervencionista (SIR) por su invenciĂłn del stent Palmaz-Schatz, primer stent coronario disponible comercialmente aprobado para su uso en 1994. (Estados Unidos)

2007 – Inaugural Chancellor‘s Entrepreneurship and Innovation Award, UT System

2007 – Premio al emprendimiento e innovaciĂłn de la University of Texas Syst en la primera ExhibiciĂłn de Transferencia de TecnologĂ­a e InvestigaciĂłn del Sistema de la Universidad de Texas en Austin, por su destacado logro en investigaciĂłn e innovaciĂłn para la creaciĂłn del primer stent intravescular.

2007 – Andreas GrĂŒntzig Ethica Award: Best Inventor

2006 – Miembro de la FundaciĂłn SalĂłn de la Fama Nacional de Inventores en Reconocimiento por inventar el primero stent intravascular comercialmente exitoso. (Estados Unidos)

2006 – Phoenix Annual Innovator Award

2005 – CientĂ­fico Distinguido, por la AsociaciĂłn Estadounidense del CorazĂłn (American Heart Association)

2005 – Fourth Annual Concepts in Contemporary Cardiology Career Achievement Award

2004 – Incorporación al Salón de la Fama de Ciencia y Tecnología (Science and Technology Hall of Fame) de San Antonio, Texas (Estados Unidos)

2004 – Annual Excellence in Surface Science Award

2003-  ISET Innovator Award

2003 – Premio Presidencial al AcadĂ©mico Distinguido Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en San Antonio.

2002 – Premio de Honor a la Excelencia de la Sociedad Internacional de Especialistas Endovasculares (ISEVS) (International Society of Endovascular Specialists)

2001 – Cardiovascular Horizons Achievement Award. Cardiovascular Institute of the South/U of Louisiana, Lafayette/UTHSCSA.

1997 – Premio Ray C  Fish del Instituto del CorazĂłn de Texas, por logros cientĂ­ficos en enfermedades cardiovasculares.

Semblanza

Semblanza

Julio Palmaz, un radiĂłlogo que revolucionĂł la cardiologĂ­a intervencionista con su sencillo invento, el stent vascular expandible,

El Dr. Julio Palmaz es el médico argentino inventor del stent vascular expandible por balón, una malla metålica utilizada para mantener abiertas las arterias coronarias que patentó en 1988 y fue aprobada por la Food and Drug Administration (FDA) de los Estados Unidos para ser usada en humanos en 1991, desde cuando el dispositivo ha posibilitado prolongar millones de vidas en todo el mundo.

El stent vascular expandible del Dr. Palmaz fue considerado en su momento entre las 10 patentes mĂĄs importantes de la historia y entre las mĂșltiples distinciones que le reportĂł a su creador, se incluyen honores recibidos de asociaciones cientĂ­ficas y profesionales de los Estados Unidos y el haber sido el primer argentino incorporado al SalĂłn de la Fama de los Inventores en ese paĂ­s.

El Dr. Palmaz, nacido en La Plata, provincia de Buenos Aires, el 13 de diciembre de 1945, se graduĂł en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de esa ciudad en 1971, y se especializĂł en RadiologĂ­a Cardiovascular e Intervencionista en la Universidad de California, en Davis, Estados Unidos, en 1980.

En su libro “Saving the Heart” (Oxford University Press; primera ediciĂłn, 15 enero 2000), el mĂ©dico estadounidense Stephen Klaidman, escribiĂł que tres de las cuatro contribuciones mĂĄs importantes en el campo de la cirugĂ­a cardiovascular existentes hasta entonces, fueron inventadas por argentinos: el by pass coronario, desarrollado por el Dr. RenĂ© Favaloro; la cirugĂ­a mĂ­nimamente invasiva del corazĂłn, registrada por el Dr. Federico Benetti, miembro de la Sociedad Internacional de CirugĂ­a CardiotorĂĄcica, y el stent expandido por balĂłn, que se aplica para revertir obstrucciones en las arterias, del Dr. Palmaz.

Palmaz es autor de mås de 115 publicaciones en revistas científicas arbitradas, 40 libros o capítulos de libros y 51 patentes médicas aprobadas en Estados Unidos, Canadå y Europa, aunque en un reportaje, él ha dicho que sus patentes son mås de 300.  Asimismo, es miembro del comité editorial de la Revista Circulation, y revisor para numerosas otras revistas como el Journal of Vascular Surgery, Journal of Eurointervention, Cardiovascular Interventional Radiology, y el Journal of Vascular and Interventional Radiology.

Julio Palmaz, entre tantas otras distinciones, por su invento obtuvo dos menciones consecutivas, en 2002 y 2003, en el ranking de la revista Intelectual Property International de las “Diez patentes que cambiaron al mundo”; recibiĂł un premio de excelencia en 2002 de la Sociedad Internacional de CirugĂ­a Endovascular; el mismo año, el Premio de Honor a la Excelencia de la Sociedad Internacional de Especialistas Endovasculares (ISES); en 2005 fue declarado CientĂ­fico Distinguido de la AsociaciĂłn Estadounidense del CorazĂłn. Ha sido nombrado al frente de la destacada CĂĄtedra Ashbel Smith (primer presidente de la Junta de Regentes de la Universidad de Texas); de la Sociedad de RadiologĂ­a Intervencionista y es Medalla de Oro de la Sociedad de RadiologĂ­a Intervencionista de los Estados Unidos

En Argentina el Dr. Palmaz fue declarado en 2001 Profesor Extraordinario de la Universidad de La Plata; recibió en 2003 el título de Honoris Causa “Maestro de la Cardiología Intervencionista Argentina” del Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas y en 2013 le otorgaron una Mención Especial de los Premioa Konex

Palmaz es platense como otro argentino prĂłcer de la cardiologĂ­a mundial, el Dr. Favaloro, inventor del by pass aortocoronario en la dĂ©cada de los años ’60. Lo que no comparten estas personalidades mundiales de la cardiologĂ­a, es sus preferencias futbolĂ­sticas: mientras Palmaz es hincha de Estudiantes de La Plata, Favaloro fue hincha del archirrival platense, Gimnasia y Esgrima La Plata.

En una declaraciĂłn periodĂ­stica, Palmaz dijo haber conocido personalmente a Favaloro “a comienzos de los años 70, cuando Ă©l reciĂ©n habĂ­a llegado de los Estados Unidos. Fue un pionero: creĂł el bypass, un paso fundamental, uno de los primeros en la terapĂ©utica definitiva para la enfermedad cardiovascular. Eran los ‘70, Ă©poca de las grandes cirugĂ­as. Hoy tratamos de hacer medicina mĂ­nimamente invasiva”.

Palmaz iniciĂł su carrera profesional en 1974 orientado hacia la radiologĂ­a en el Hospital Universitario San Martin de Buenos Aires donde dio los primeros pasos en angiografĂ­as junto a los reconocidos cardiocirujanos Dante Maldonado y Oscar Cuacci.

En 1977, el doctor Palmaz se estableció con su familia en la Bahía de San Francisco, en los Estados Unidos, donde se entrenó durante 3 años en radiología en el Davis Martinez Veterans Administration Medical Center de la Universidad de California.

La idea de desarrollar lo que finalmente fue el stent de Palmaz le surgiĂł en febrero de 1978, cuando asistiĂł a una conferencia de Andreas GrĂŒntzig, meses despuĂ©s de que el cirujano suizo hiciera su primera angioplastĂ­a con balĂłn para la estenosis coronaria. Entonces GrĂŒntzig explicĂł las grandes posibilidades y tambiĂ©n las limitaciones del mĂ©todo de angioplastia por globo.

Palmaz, que siempre tuvo vocaciĂłn de inventor, se planteĂł entonces generar un dispositivo que permaneciera en las arterias y permitiera asĂ­ mejorar las posibilidades de la angioplastia. Con ese objetivo empezĂł a trabajar en su casa en los primeros prototipos creando tubos duros expandibles por balĂłn, dentro de tubos de goma, que luego serĂ­an recubiertos por una malla metĂĄlica en forma de red tubular. Lo hizo sin dinero y en medio de “un rechazo enorme a la idea”, segĂșn recuerda.

Cuando la idea estuvo madura, en 1983, el Dr. Richard Reuter lo invitĂł a incorporarse como jefe de AngiografĂ­a y Procedimientos Especiales al Departamento de RadiologĂ­a de Centro de Servicio de la Salud de la Universidad de Texas en San Antonio (UTHSCSA), donde terminĂł de desarrollar el invento.

La primera experiencia clínica en humanos se realizó en 1987 en la Freiburg University de Alemania, donde se implantó un stent periférico en un paciente, después de que el dispositivo fuera probado y estudiado en animales de experimentación. El mismo año se implantó el primer dispositivo coronario en San Pablo, Brasil.

Luego, la primera patente se registra en 1988 con el nombre de Stent de Palmaz-Schatz, junto a Richard Schatz, cardiĂłlogo del Brook Army Medical Center, y el propietario de la cadena de Restaurantes Fuddruckers and The Maccaroni Grill, Phil Romano, inversor del proyecto.

La fundación de Romano aportó los recursos económicos para el desarrollo del prototipo final mediante una inversión inicial de 250.000 dólares. El dispositivo fue aprobado por la FDA recién en 1991, incorporåndose de esa forma en los Estados Unidos el primer stent para uso clínico en pacientes.

Los artefactos primarios con los que Palmaz construyó el sencillo pero revolucionario stent vascular expandible y el propio adminículo, así como textos y gråficos por computadora que describen el desarrollo y su impacto en Texas, se encuentran en exhibición permanente en el Museo de Historia del Estado de Texas Bob Bullocky también forman parte de la colección Medica del Instituto Smithsoniano de los Estados Unidos.

Después de las primeras experiencias de injerto-stent aórtico y en fistulas porto sistémicas transyugulares (TIPS), estos procedimientos se hicieron habituales en todo el mundo y desde entonces, progresivamente el dispositivo fue siendo utilizado en venas centrales, periféricas y pulmonares, conductos biliares, y en el årbol traqueo bronquial.

El stent de Palmaz cubre todos los dispositivos inventados y desarrollados en los años siguientes para la apertura de vasos sanguíneos, prótesis vasculares, tratamiento de aneurismas, conductos de órganos digestivos, biliares, urinarios, traqueobronquiales, etc.

Es parte del herramental de rutina en un amplio espectro de especialidades médicas. Su uso se hizo masivo en el mundo, al punto que es difícil establecer la cantidad de pacientes que se tratan a diario con esos dispositivos. Probablemente sean unos tres millones de personas por año a nivel global. El propio Palmaz, a 2024, tenía implantados tres stents.

Palmaz comentĂł que, tras la aprobaciĂłn de la FDA, el stent marcĂł un cambio en la tasa de crecimiento en la cardiologĂ­a intervencionista, que “aumentĂł al doble y los recursos humanos y tĂ©cnicos tambiĂ©n proliferaron mĂĄs allĂĄ de lo que uno podrĂ­a haber imaginado”.

Después del invento original, el Dr. Palmaz siguió innovando en los diseños y desarrollando nuevos dispositivos endovasculares y permaneció activo en investigación en ciencias båsicas, con interés particular y productividad especial en el årea de respuesta molecular y celular a stents metålicos intravasculares.

El desarrollo tecnolĂłgico ha mejorado las caracterĂ­sticas del stent y ha incluĂ­do tanto materiales modernos como diferentes tipos de metales, diversas aleaciones termosensibles y materiales biodegradables.

Asimismo, ee han incorporado drogas medicamentosas de liberación controlada para evitar complicaciones como la reestenosis. Ademås, apunta a la posibilidad de transportar elementos de microelectrónica y microchips para el correcto diagnóstico y posterior terapéutica de las diferentes patologías halladas, controlados desde el exterior del paciente con el objetivo de obtener la mayor cantidad de información posible y procesarla en el estudio, prevención y tratamiento de las enfermedades abordadas.

El Dr. Palmaz continuó su actividad abocado al estudio de materiales aproximados “lo más posible a la perfección desde el punto de vista físico-químico para mejorar las propiedades y hacer los stents más compatibles con lo que se considera pureza. Las drogas, por ejemplo, siguen ese curso. Se supone que sean 99,9% puras. En cambio, los materiales de los stents no lo son. Estamos persiguiendo la idea de la pureza farmacológica del stent”, comentó Palmaz.

El “stent” fue bautizado asĂ­ por sugerencia de un editor de la revista American Journal of Roentgenology. Palmaz habĂ­a enviado su primer artĂ­culo sobre el dispositivo en el que lo llamaba “Value Expandable Intraluminate Graft” porque “da la idea de que uno ponĂ­a un material sintĂ©tico dentro del cuerpo humano”, comentĂł.

La propuesta del editor evocaba a Charles Stent (1807-1885), un dentista britånico que había inventado una mezcla de ceras para mantener los tejidos en su lugar durante la cicatrización. Ahí se transformó en un concepto genérico y se usó el nombre stent para cualquier aparato o dispositivo que permite la cicatrización en su lugar.

Semblanza

Semblanza

Julio Palmaz, un radiĂłlogo que revolucionĂł la cardiologĂ­a intervencionista con su sencillo invento, el stent vascular expandible,

El Dr. Julio Palmaz es el médico argentino inventor del stent vascular expandible por balón, una malla metålica utilizada para mantener abiertas las arterias coronarias que patentó en 1988 y fue aprobada por la Food and Drug Administration (FDA) de los Estados Unidos para ser usada en humanos en 1991, desde cuando el dispositivo ha posibilitado prolongar millones de vidas en todo el mundo.

El stent vascular expandible del Dr. Palmaz fue considerado en su momento entre las 10 patentes mĂĄs importantes de la historia y entre las mĂșltiples distinciones que le reportĂł a su creador, se incluyen honores recibidos de asociaciones cientĂ­ficas y profesionales de los Estados Unidos y el haber sido el primer argentino incorporado al SalĂłn de la Fama de los Inventores en ese paĂ­s.

El Dr. Palmaz, nacido en La Plata, provincia de Buenos Aires, el 13 de diciembre de 1945, se graduĂł en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de esa ciudad en 1971, y se especializĂł en RadiologĂ­a Cardiovascular e Intervencionista en la Universidad de California, en Davis, Estados Unidos, en 1980.

En su libro “Saving the Heart” (Oxford University Press; primera ediciĂłn, 15 enero 2000), el mĂ©dico estadounidense Stephen Klaidman, escribiĂł que tres de las cuatro contribuciones mĂĄs importantes en el campo de la cirugĂ­a cardiovascular existentes hasta entonces, fueron inventadas por argentinos: el by pass coronario, desarrollado por el Dr. RenĂ© Favaloro; la cirugĂ­a mĂ­nimamente invasiva del corazĂłn, registrada por el Dr. Federico Benetti, miembro de la Sociedad Internacional de CirugĂ­a CardiotorĂĄcica, y el stent expandido por balĂłn, que se aplica para revertir obstrucciones en las arterias, del Dr. Palmaz.

Palmaz es autor de mås de 115 publicaciones en revistas científicas arbitradas, 40 libros o capítulos de libros y 51 patentes médicas aprobadas en Estados Unidos, Canadå y Europa, aunque en un reportaje, él ha dicho que sus patentes son mås de 300.  Asimismo, es miembro del comité editorial de la Revista Circulation, y revisor para numerosas otras revistas como el Journal of Vascular Surgery, Journal of Eurointervention, Cardiovascular Interventional Radiology, y el Journal of Vascular and Interventional Radiology.

Julio Palmaz, entre tantas otras distinciones, por su invento obtuvo dos menciones consecutivas, en 2002 y 2003, en el ranking de la revista Intelectual Property International de las “Diez patentes que cambiaron al mundo”; recibiĂł un premio de excelencia en 2002 de la Sociedad Internacional de CirugĂ­a Endovascular; el mismo año, el Premio de Honor a la Excelencia de la Sociedad Internacional de Especialistas Endovasculares (ISES); en 2005 fue declarado CientĂ­fico Distinguido de la AsociaciĂłn Estadounidense del CorazĂłn. Ha sido nombrado al frente de la destacada CĂĄtedra Ashbel Smith (primer presidente de la Junta de Regentes de la Universidad de Texas); de la Sociedad de RadiologĂ­a Intervencionista y es Medalla de Oro de la Sociedad de RadiologĂ­a Intervencionista de los Estados Unidos

En Argentina el Dr. Palmaz fue declarado en 2001 Profesor Extraordinario de la Universidad de La Plata; recibió en 2003 el título de Honoris Causa “Maestro de la Cardiología Intervencionista Argentina” del Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas y en 2013 le otorgaron una Mención Especial de los Premioa Konex

Palmaz es platense como otro argentino prĂłcer de la cardiologĂ­a mundial, el Dr. Favaloro, inventor del by pass aortocoronario en la dĂ©cada de los años ’60. Lo que no comparten estas personalidades mundiales de la cardiologĂ­a, es sus preferencias futbolĂ­sticas: mientras Palmaz es hincha de Estudiantes de La Plata, Favaloro fue hincha del archirrival platense, Gimnasia y Esgrima La Plata.

En una declaraciĂłn periodĂ­stica, Palmaz dijo haber conocido personalmente a Favaloro “a comienzos de los años 70, cuando Ă©l reciĂ©n habĂ­a llegado de los Estados Unidos. Fue un pionero: creĂł el bypass, un paso fundamental, uno de los primeros en la terapĂ©utica definitiva para la enfermedad cardiovascular. Eran los ‘70, Ă©poca de las grandes cirugĂ­as. Hoy tratamos de hacer medicina mĂ­nimamente invasiva”.

Palmaz iniciĂł su carrera profesional en 1974 orientado hacia la radiologĂ­a en el Hospital Universitario San Martin de Buenos Aires donde dio los primeros pasos en angiografĂ­as junto a los reconocidos cardiocirujanos Dante Maldonado y Oscar Cuacci.

En 1977, el doctor Palmaz se estableció con su familia en la Bahía de San Francisco, en los Estados Unidos, donde se entrenó durante 3 años en radiología en el Davis Martinez Veterans Administration Medical Center de la Universidad de California.

La idea de desarrollar lo que finalmente fue el stent de Palmaz le surgiĂł en febrero de 1978, cuando asistiĂł a una conferencia de Andreas GrĂŒntzig, meses despuĂ©s de que el cirujano suizo hiciera su primera angioplastĂ­a con balĂłn para la estenosis coronaria. Entonces GrĂŒntzig explicĂł las grandes posibilidades y tambiĂ©n las limitaciones del mĂ©todo de angioplastia por globo.

Palmaz, que siempre tuvo vocaciĂłn de inventor, se planteĂł entonces generar un dispositivo que permaneciera en las arterias y permitiera asĂ­ mejorar las posibilidades de la angioplastia. Con ese objetivo empezĂł a trabajar en su casa en los primeros prototipos creando tubos duros expandibles por balĂłn, dentro de tubos de goma, que luego serĂ­an recubiertos por una malla metĂĄlica en forma de red tubular. Lo hizo sin dinero y en medio de “un rechazo enorme a la idea”, segĂșn recuerda.

Cuando la idea estuvo madura, en 1983, el Dr. Richard Reuter lo invitĂł a incorporarse como jefe de AngiografĂ­a y Procedimientos Especiales al Departamento de RadiologĂ­a de Centro de Servicio de la Salud de la Universidad de Texas en San Antonio (UTHSCSA), donde terminĂł de desarrollar el invento.

La primera experiencia clínica en humanos se realizó en 1987 en la Freiburg University de Alemania, donde se implantó un stent periférico en un paciente, después de que el dispositivo fuera probado y estudiado en animales de experimentación. El mismo año se implantó el primer dispositivo coronario en San Pablo, Brasil.

Luego, la primera patente se registra en 1988 con el nombre de Stent de Palmaz-Schatz, junto a Richard Schatz, cardiĂłlogo del Brook Army Medical Center, y el propietario de la cadena de Restaurantes Fuddruckers and The Maccaroni Grill, Phil Romano, inversor del proyecto.

La fundación de Romano aportó los recursos económicos para el desarrollo del prototipo final mediante una inversión inicial de 250.000 dólares. El dispositivo fue aprobado por la FDA recién en 1991, incorporåndose de esa forma en los Estados Unidos el primer stent para uso clínico en pacientes.

Los artefactos primarios con los que Palmaz construyó el sencillo pero revolucionario stent vascular expandible y el propio adminículo, así como textos y gråficos por computadora que describen el desarrollo y su impacto en Texas, se encuentran en exhibición permanente en el Museo de Historia del Estado de Texas Bob Bullocky también forman parte de la colección Medica del Instituto Smithsoniano de los Estados Unidos.

Después de las primeras experiencias de injerto-stent aórtico y en fistulas porto sistémicas transyugulares (TIPS), estos procedimientos se hicieron habituales en todo el mundo y desde entonces, progresivamente el dispositivo fue siendo utilizado en venas centrales, periféricas y pulmonares, conductos biliares, y en el årbol traqueo bronquial.

El stent de Palmaz cubre todos los dispositivos inventados y desarrollados en los años siguientes para la apertura de vasos sanguíneos, prótesis vasculares, tratamiento de aneurismas, conductos de órganos digestivos, biliares, urinarios, traqueobronquiales, etc.

Es parte del herramental de rutina en un amplio espectro de especialidades médicas. Su uso se hizo masivo en el mundo, al punto que es difícil establecer la cantidad de pacientes que se tratan a diario con esos dispositivos. Probablemente sean unos tres millones de personas por año a nivel global. El propio Palmaz, a 2024, tenía implantados tres stents.

Palmaz comentĂł que, tras la aprobaciĂłn de la FDA, el stent marcĂł un cambio en la tasa de crecimiento en la cardiologĂ­a intervencionista, que “aumentĂł al doble y los recursos humanos y tĂ©cnicos tambiĂ©n proliferaron mĂĄs allĂĄ de lo que uno podrĂ­a haber imaginado”.

Después del invento original, el Dr. Palmaz siguió innovando en los diseños y desarrollando nuevos dispositivos endovasculares y permaneció activo en investigación en ciencias båsicas, con interés particular y productividad especial en el årea de respuesta molecular y celular a stents metålicos intravasculares.

El desarrollo tecnolĂłgico ha mejorado las caracterĂ­sticas del stent y ha incluĂ­do tanto materiales modernos como diferentes tipos de metales, diversas aleaciones termosensibles y materiales biodegradables.

Asimismo, ee han incorporado drogas medicamentosas de liberación controlada para evitar complicaciones como la reestenosis. Ademås, apunta a la posibilidad de transportar elementos de microelectrónica y microchips para el correcto diagnóstico y posterior terapéutica de las diferentes patologías halladas, controlados desde el exterior del paciente con el objetivo de obtener la mayor cantidad de información posible y procesarla en el estudio, prevención y tratamiento de las enfermedades abordadas.

El Dr. Palmaz continuó su actividad abocado al estudio de materiales aproximados “lo más posible a la perfección desde el punto de vista físico-químico para mejorar las propiedades y hacer los stents más compatibles con lo que se considera pureza. Las drogas, por ejemplo, siguen ese curso. Se supone que sean 99,9% puras. En cambio, los materiales de los stents no lo son. Estamos persiguiendo la idea de la pureza farmacológica del stent”, comentó Palmaz.

El “stent” fue bautizado asĂ­ por sugerencia de un editor de la revista American Journal of Roentgenology. Palmaz habĂ­a enviado su primer artĂ­culo sobre el dispositivo en el que lo llamaba “Value Expandable Intraluminate Graft” porque “da la idea de que uno ponĂ­a un material sintĂ©tico dentro del cuerpo humano”, comentĂł.

La propuesta del editor evocaba a Charles Stent (1807-1885), un dentista britånico que había inventado una mezcla de ceras para mantener los tejidos en su lugar durante la cicatrización. Ahí se transformó en un concepto genérico y se usó el nombre stent para cualquier aparato o dispositivo que permite la cicatrización en su lugar.

Obra

Obra