Semblanza

Semblanza

Iván Ezequiel Angiono, el campeón de la matemática trenelense distinguido por su excepcional labor científica

El matemático e investigador argentino Iván Ezequiel Angiono sintió desde niño atracción por las matemáticas, a las que consideró una mezcla de ciencia y arte, y canalizó en esa materia su vocación científica iniciando una carrera que le ha deparado reconocimientos nacionales e internacionales como sendas medallas de oro en olimpiadas rioplatense e iberoamericana y el Premio Reconocimiento de la Unión Matemática de América Latina y el Caribe (UMALCA) .

Además del estudio de las álgebras de Hopf y de Nichols, las áreas de interés de Angiono son categorías tensoriales, teoría de representaciones, cohomología, y (súper) álgebras de Lie. Los resultados de sus investigaciones han contribuido en gran medida a la matemática pura, al igual que a su crecimiento personal.

Iván Angiono nació en Trenel, localidad del noroeste de la provincia de La Pampa, donde cursó los estudios primarios y secundarios. Siendo aun niño se interesó por las ciencias exactas, atraído por los números y el planteo y resolución de problemas. En ese tiempo, fue un asiduo participante en las olimpiadas de matemáticas tanto a nivel nacional como internacional, y obtuvo todos los premios que un competidor puede ganar.

Ingresó a la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) en 2003 y se matriculó en las carreras de biotecnología y matemática simultáneamente. Dos años después, decidió que su verdadera pasión era la matemática y en 2007 se recibió de licenciado con promedio perfecto.

Más tarde, se doctoró en matemáticas por la Facultad de Matemática, Astronomía, Física y Computación (FAMAF) de la Universidad Nacional de Córdoba con la tesis titulada “Álgebras de Nichols de tipo diagonal”, dirigida por Nicolás Andruskiewitsch. Además, realizó viajes de estudio y continuó su formación profesional como becario en numerosas instituciones, entre ellas el Massachusetts Institute of Technology (MIT), el Institut de Mathématiques de Jussieu, en Francia, y el Max Planck Institute for Mathematics, en Alemania.

Luego se incorporó como profesor de la FAMAF y desde 2019 se desempeña como Investigador Independiente de CONICET. Además del estudio de las álgebras de Hopf y de Nichols, sus áreas de interés son categorías tensoriales, teoría de representaciones, cohomología, y (súper) álgebras de Lie. Los resultados de sus investigaciones han contribuido en gran medida a la matemática pura, al igual que a su crecimiento personal.

“Empecé a notar una vocación científica, esto de plantearse unos problemas y querer encontrar soluciones, en particular en la matemática. Para mí tiene esa mezcla de ciencia y arte en cuanto a las cosas que uno produce y descubre, fue lo que siempre me atrajo”, expresó Angiono en una entrevista con el diario Hoy.

En 1995 se consagró por primera vez Campeón en la Olimpíada Provincial de Matemática de La Pampa, título que repitió en los seis años siguientes. Además, fue campeón en la Olimpíada Matemática Argentina de 2000, obtuvo Mención de Honor en tres oportunidades y fue Subcampeón en 1998.

Por su meritoria carrera académica, en 2006 Angiono recibió el Premio Joaquín V. González a los Mejores Promedios de la UNLP y el Premio Santander Río Universidades al Mejor Egresado a nivel nacional. Además, obtuvo el Premio 10 Jóvenes Sobresalientes 2012 otorgado por la Bolsa de Comercio de Córdoba.

En 2016, la Academia Nacional de Ciencias (ANC) reconoció el trabajo de Angiono en campo algebraico y le otorgó el Premio Ernesto Gaviola en Matemática en una ceremonia en la sede de la Academia, en Córdoba.

En el orden internacional, Angiono ganó la Medalla de Oro en la Olimpíada Matemática Rioplatense en 1996 y en la Olimpíada Iberoamericana de Matemática celebrada en Minas, Uruguay, en 2001.

En 2020 obtuvo el Premio Reconocimiento de la Unión Matemática de América Latina y el Caribe (UMALCA) por su trabajo de investigación en grupos cuánticos y álgebras de Hopf. Angiono fue seleccionado por el Comité Científico entre 28 postulaciones de distintos países. Fue uno de los cuatro premiados, además de una matemática de Brasil, uno de México y otro de Uruguay. Con este premio se distingue a jóvenes matemáticos que hayan realizado trabajos de excepcional calidad y que se encuentren trabajando de manera permanente en un país de la región. Se tienen particularmente en cuenta la originalidad, profundidad, relevancia y proyección futura del trabajo de cada candidato así como su impacto en el escenario mundial de las matemáticas. Se busca un equilibrio temático, geográfico, y de género. El Premio se concede cada cuatro años en la ocasión del Congreso Latinoamericano de Matemática (CLAM) como máximo, y preferentemente, a cuatro matemáticos de no más que 40 años al finalizar el año de realización del congreso y estén ligados de manera permanente y hayan desarrollado buena parte de su carrera en instituciones de América Latina y el Caribe.

A lo largo de su carrera, Angiono ha publicado numerosos trabajos en revistas científicas, y ha participado en múltiples conferencias y seminarios científicos en Argentina y en el mundo. Colabora con especialistas nacionales e internacionales en Estados Unidos, Alemania, Italia, Japón y Colombia. Angiono aprovecha sus viajes al exterior para recorrer museos y satisfacer su otra pasión: coleccionar monedas e investigar sobre sus orígenes.

Además de su gran habilidad para clasificar objetos matemáticos, Angiono disfruta de la docencia y de transmitir conocimiento a sus alumnos. “Me gusta formar a nuevas generaciones: lo más importante es enseñar a pensar. Pensar matemática nos lleva a ser muy críticos, y eso es bueno para la vida en general”, destacó en una entrevista con LAPLATA1.com. Para él, la matemática no son simples cuentas y fórmulas, sino la búsqueda de una verdad. “Probar que algo es de tal forma, eso es lo que trato de transmitir a los alumnos”.

Iván Angiono se casó con Antonela, su novia de la secundaria, con quien tuvo una hija, Josefina, a quien definió como su mayor aporte a la humanidad.