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Bernardo Alberto Houssay, el primer latinoamericano laureado con un Nobel de ciencias

Bernardo Alberto Houssay fue un médico, farmacéutico y fisiólogo argentino, reconocido a nivel mundial como una de las personalidades más excepcionales en la historia de la fisiología y la medicina por su visión moderna, original y estratégica de la ciencia, que le valió un gran número de títulos y distinciones, como el Premio Nobel de Medicina en 1947, convirtiéndose así en el primer latinoamericano laureado con un Nobel de ciencias.

El brillante desempeño del Dr. Houssay como investigador y catedrático fue determinante para posicionar a la Argentina en el centro del desarrollo científico internacional. Fue el creador y el primer presidente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), institución clave para el progreso de la ciencia y la tecnología en el país.

Houssay trabajó en casi todos los campos de la fisiología, con especial interés en las glándulas endocrinas. Durante toda su carrera se dedicó a estudiar la hipófisis, y sus investigaciones y descubrimientos sobre el papel de la glándula pituitaria en la regulación de la cantidad de azúcar en sangre resultaron esenciales para comprender y tratar la diabetes, una enfermedad que había sido mortal hasta entonces.

El investigador advirtió que los diabéticos tenían la glándula pituitaria hiperactiva y para corroborar su hipótesis realizó experimentos con animales que demostraron que, al extraerles ese órgano aumentaba la producción de insulina, mientras que si les inyectaba la hormona, la insulina decrecía. Se comprobó, entonces, que era posible contrarrestar y equilibrar los efectos de la insulina.

El 28 de octubre de 1947, Houssay se convirtió en el primer latinoamericano en recibir el Premio Nobel de Fisiología o Medicina “por su descubrimiento del papel que desempeña la hormona del lóbulo anterior de la hipófisis en el metabolismo del azúcar”. El premio fue compartido con los checoslovacos Carl Ferdinand Cori y Gerty Theresa Cori, quienes fueron reconocidos “por su descubrimiento del proceso de conversión catalítica del glucógeno”, mediante un estudio relacionado con el trabajo de Houssay.

Nacido en Buenos Aires el 10 de abril de 1887, Houssay fue el cuarto hijo de una familia de origen francés y desde niño demostró un gran potencial académico por los conocimientos avanzados que fue asimilando. En tan solo dos años logró finalizar sus estudios primarios en el Colegio Británico y enseguida ingresó al Colegio Nacional de Buenos Aires donde se recibió de Bachiller en 1900 a los 13 años.

Su tenacidad y convicción a tan corta edad no fueron suficientes para ingresar a la carrera de Medicina, pero si pudo estudiar en la Escuela de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires (UBA), donde obtuvo el título de Farmacéutico en 1904 a los 17 años, al mismo tiempo que trabajaba de ayudante de fisiología en el Hospital Francés y como interno en el Hospital de Clínicas.

Su vocación por la fisiología, la ciencia que estudia las funciones de los seres vivos, surgió mientras leía “Introducción a la medicina experimental”, la obra del fisiólogo francés Claude Bernard. Desde entonces, Houssay decidió incursionar tanto en la formación sólida de jóvenes médicos como en la incorporación de técnicas modernas de investigación experimental, avanzando hacia una investigación sistemática, rigurosa y precisa.

En 1910, Houssay fue nombrado profesor de Fisiología en la Facultad de Medicina de la UBA. Finalmente, en 1911 se graduó con honores en la carrera de Medicina con la tesis “Estudios sobre la acción de los extractos hipofisarios”, distinguida como la mejor tesis doctoral y punto de partida para su posterior investigación sobre la hipófisis y su lucha contra la diabetes.

Al momento de recibirse, Houssay ya había ejercido la práctica hospitalaria en varios hospitales. En 1913, asumió como Médico Jefe del Hospital Marcelo Torcuato de Alvear de Buenos Aires. Luego, entre 1915 y 1919, trabajó en el Instituto Bacteriológico Nacional (posteriormente sede central de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud “Dr. Carlos G. Malbrán”), donde dirigió el Departamento de Sueros y participó de la campaña nacional sobre antídotos de víboras en distintas provincias del país.

Tratándose de un área poco extendida a nivel mundial, en 1919 Houssay asumió la Cátedra de Fisiología y fundó el Instituto de Fisiología en la Facultad de Medicina de la UBA, donde realizó la mayoría de sus grandes investigaciones, particularmente las referidas al funcionamiento de la hipófisis. Allí también inició su labor docente, y gracias a su esfuerzo y dedicación exclusiva, el Instituto se convirtió en un centro científico de calidad internacional.

Mientras ascendía en la profundización de las ciencias de la fisiología, Houssay comprendió que era necesaria la tarea de discutir, comentar y publicar los resultados de los trabajos científicos que se realizaban en el país. Por esa razón, en 1920 fundó la Sociedad Argentina de Biología, la cual fue afiliada a la Sociedad de Biología de París, lo que permitió que todas las investigaciones nacionales, traducidas por el propio Houssay, fueran difundidas en los artículos científicos de Francia y del mundo.

En 1922, el fisiólogo recibió el Premio Nacional de Ciencias, otorgado por la Academia Nacional de Ciencias, por sus investigaciones sobre la acción fisiológica de los extractos hipofisarios, estudios que más tarde serían la puerta para consagrarse como Premio Nobel.

Houssay estuvo a cargo del Instituto de Fisiología hasta 1943 cuando fue destituido por razones políticas. Aunque fue convocado para trabajar en el extranjero, el investigador optó por continuar su trabajo en Argentina para lo cual en 1944 creó el Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME) junto con el apoyo de varios colegas. Allí se dedicaron a experimentar sobre diabetes, hipertensión, endocrinología y farmacología, incluidos temas como la fisiología de la circulación y la respiración, los procesos de inmunidad, el sistema nervioso, la digestión y los venenos de serpientes y arañas.

Toda la investigación de Houssay fue recopilada en el tratado “Fisiología humana”, publicado en 1945 en coautoría con figuras destacadas de sus equipos de trabajo como Luis Federico Leloir, Eduardo Braun Menéndez, Virgilio G. Foglia, Oscar Orías, Juan T. Lewis y Enrique Hug. La publicación fue traducida a las principales lenguas, entre ellas al francés, inglés, portugués e italiano, y fue un hecho clave para la divulgación científica argentina.

Gracias a la publicación del tratado, Houssay recibió la consagración internacional y el reconocimiento de importantes instituciones científicas. Además de sus 46 nominaciones al Premio Nobel en toda su carrera, el fisiólogo recibió numerosos premios internacionales, entre los que se destacan la Beca Charles Wickle, otorgada por la Universidad de Toronto, Canadá (1945); la Medalla Banting por Logros Científicos de la Asociación Estadounidense de Diabetes (1946); el Premio a la Investigación de la American Pharmaceutical Manufacturers Association (1947); la Medalla Baly otorgado por el Royal College of Physicians de Londres (1947) por su distinción en el campo de la fisiología; la Medalla James Cook otorgada por la Royal Society of New South Wales de Sidney, Australia (1948); la Medalla Dale de la Sociedad de Endocrinología de Reino Unido (1960); y el Premio Weizmann de Ciencias y Humanidades del Weizmann Institute of Science, Israel (1967).

Además, Houssay recibió condecoraciones por parte de distintos gobiernos, como la distinción de Caballero, Comendador y Oficial de la Legión de Honor otorgada por el gobierno de Francia; la distinción de Oficial de la Orden de Leopoldo concedida por el gobierno de Bélgica; y la distinción de Comendador de la Orden del Mérito Bernardo O’Higgins otorgada por el gobierno de Chile.

En 1955, Houssay fue reincorporado al Instituto de Fisiología. Además de trabajar como investigador, participó activamente en la promoción del avance de la educación universitaria y médica, al igual que de la investigación científica, en Argentina.

Houssay impulsó en 1934 la creación de la Asociación Argentina para el Progreso de las Ciencias (AAPC) con la finalidad de lograr el financiamiento necesario para desarrollar proyectos de investigación de manera más rápida y precisa. La AAPC fue la antesala del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), el instrumento que coronó los esfuerzos de Houssay para la institucionalización y el progreso de la ciencia y la tecnología en la Argentina. El investigador presidió esta institución desde su creación en 1958 hasta su muerte en 1971.

Los resultados de sus descubrimientos fueron plasmados en más de 500 artículos científicos y en varios libros que sentaron las bases de su reputación como autoridad en la ciencia y la investigación experimental de vanguardia. Además, Houssay obtuvo más de 25 títulos honoríficos en las universidades más importantes del mundo, entre ellas, París, Harvard, Oxford y Cambridge, donde también tuvo la oportunidad de dictar cursos.

Houssay fue miembro de la Academia Nacional de Medicina de Argentina y presidente de dicha institución entre 1936 y 1937. Además, fue miembro de la Academia de Letras en 1935, de la Academia Nacional de Ciencias en 1946, de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas en 1948. A nivel mundial, fue miembro de la Real Academia de las Ciencias de Suecia, de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos, y de la Academia Pontificia de Ciencias, entre otras numerosas academias y sociedades científicas.

El plan de vida de Houssay fue trabajar duro en la investigación científica para crear un círculo de la más alta calidad científica y moral en Argentina, y esto fue posible gracias a su ilustre labor como docente, investigador, divulgador y gestor, dejando a decenas de discípulos de gran renombre. Uno de sus mayores discípulos, Luis Federico Leloir, obtuvo el premio Nobel de Química en 1970.

Houssay también tuvo una pasión por los deportes. Durante su paso por la Facultad, integró el equipo de fútbol y ganó diversas medallas de remos, representando a la UBA. Se destacó como atleta en el Torneo Universitario, donde se coronó campeón de carreras de 800 metros y representó a la Asociación Atlética de Medicina como miembro del equipo de rugby universitario.

Su archivo personal fue donado a la Fundación para la Educación, la Ciencia y la Cultura (FECIC), creada por el mismo Houssay con el objetivo de promover su figura, difundir sus valores y sus logros profesionales y académicos. La casa que albergó a la familia Houssay desde 1925 a 1971, ubicada en Viamonte 2790, Ciudad de Buenos Aires, fue convertida en Museo, llamada Casa Museo Bernardo Houssay, declarada Lugar Histórico Nacional en 1999.

Houssay se casó en 1920 con María Angélica Catán, doctora en química, quien murió en 1962. Tuvieron tres hijos: Alberto Bernardo, Héctor Emilio José y Raúl Horacio, quienes siguieron los pasos de sus padres y obtuvieron sus propios títulos de medicina.

Houssay falleció el 21 de septiembre de 1971, a los 84 años, en la Ciudad de Buenos Aires y fue sepultado en el Cementerio de la Chacarita. En su homenaje, se instituyó el 10 de abril como el Día del Investigador Científico, en recuerdo de su nacimiento. Su nombre es respetado en todas las instituciones científicas del mundo y reconocido como un maestro inigualable que dedicó su vida a la ciencia y por la ciencia.

Las distinciones de Houssay continuaron incluso post mortem. En 1972, la Organización de los Estados Americanos (OEA) incorporó el Premio Bernardo Houssay para galardonar a los más importantes investigadores del continente americano. Y unos años más tarde, en 1983, el investigador recibió el Premio Konex de Honor en Ciencia y Tecnología.

En 2001, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación creó el Premio Bernardo Houssay,
una distinción a la Investigación Científica y Técnica destinada a científicos e investigadores que se destaquen por su trayectoria en el país en tres categorías: Trayectoria, Investigador Consolidado e Investigador Joven.
El premio fue entregado por primera vez en 2003.
Desde 2008, el premio lleva el nombre de “Distinción Investigador/a de la Nación”, orientado a distintas áreas del conocimiento y las categorías incluyen el Premio Houssay, Houssay Trayectoria y Jorge Sábato, además de la Distinción Investigador de la Nación Argentina atribuida en función de los ganadores de la categoría Trayectoria. Es el galardón que el Estado concede a la persona más sobresaliente del sistema científico nacional.