Semblanza

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Bruno Di Benedetto, un notable y comprometido poeta patagónico por adopción

Bruno Di Benedetto es un escritor y poeta argentino y fundamentalmente un divulgador del amor por la literatura que inició sus días en una humilde barriada de Villa Domínico, en el partido de Avellaneda, donde en las épocas de plomo inició una militancia trotskista mientras trabajaba como obrero en una planta metalúrgica que fue objetivo de la represión ilegal.

Con el propósito de evitar ser alcanzado por la inclemencia de esa represión, en 1979, a los 24 años, Bruno, hijo de inmigrantes italianos, se llevó su talento poético a vivir en Puerto Madryn, Chubut, “con las ballenas”, como le habían recomendado.

Si bien su vocación por la escritura se manifestó desde su niñez cuando escribió cuentos y hasta una obra de títeres para otros niños, y se fascinaba con lecturas de temas de ciencia ficción e historietas -géneros que han tenido un papel importante en su vida-, recién comenzó a publicar en su exilio patagónico. “Escribir era mi fuerte y mi placer”, recuerda en un reportaje.

En la adolescencia en Domínico tuvo un arrebato musical. Estudió acordeón a piano y llegó a tener una banda llamada El Yeti, en la que tocaba el acordeón y era el letrista, pero su vocación por la escritura pudo más: la obra de Luis Alberto Spinetta lo acercó a la poesía surrealista, e inspirado en especial por el escritor francés Antoine Artaud llegó a sentir que lo suyo era la poesía.

Esa inspiración cristaliza en los años de la década de 1980, cuando con otros escritores participó del movimiento “Poesía en la calle”, que fue posible en años de gran actividad cultural y popular resultado de la recuperación de la democracia en Argentina.  Entonces intervino en programas de radio y televisión; participó de talleres de escritura y creatividad, promoción de la lectura, donde la poesía de vanguardia y el surrealismo tuvieron espacio especial.

Fuera de la escritura, Di Benedetto también se ha ganado el sustento ejerciendo la docencia. Sensible a los temas sociales y comunitarios, intervino activamente en la campaña contra la megaminería en Chubut, donde al cabo de los años se fue constituyendo en un referente entre los escritores patagónicos.

Di Benedetto publicó numerosas poesías y poemarios y sus obras integran antologías publicadas en Argentina, Colombia, España e Inglaterra, pero puede afirmarse que alcanzó prestigio internacional en 2010, cuando su libro “Crónicas de muertes dudosas” ganó el Premio Casa de las Américas, en La Habana, Cuba, en la categoría Poesía.

Desde 2005 es Capacitador del Plan de Lectura de la provincia de Chubut. Además, coordina talleres y cursos para escritores y docentes en diversas ciudades del país, realizó programas en radio y televisión y publicó artículos en medios gráficos.

Fue organizador de los encuentros «Los maestros de la Rosa Blindada» (2001); «Los maestros del Escarabajo de Oro» (2002); y XXIII, XXV y XXVI Encuentro de Escritores Patagónicos. Sus textos integran antologías publicadas en Argentina, Colombia, España e Inglaterra.

Di Benedetto publicó “Vengan juntos” (relatos) y los poemarios “Palabra irregular” (Premio Convocatoria Escritores Inéditos, Chubut, 1987), “Complicidad de los náufragos”, “Dormir es un oficio inseguro” (premio Fondo Editorial Chubut, 2003), “Country” (Ed. El surí porfiado, 2009) “Crónicas de muertes dudosas” (Premio de Poesía Casa de las Américas 2010 en la categoría Poesía, publicado en Cuba y en Buenos Aires, 2011, Ediciones en Danza), “Nada”, (Editorial Ruinas Circulares, 2014, Buenos Aires), “Crítica de la espera” (Ediciones de la Eterna, Tucumán, 2015) y “Cámara de niebla” (DelValleBajo Ediciones, Viedma, 2015).

En el libro premiado en Cuba, “Crónicas de muertes dudosas”, los poemas reflejan la vida y la muerte de diversos personajes que apuntan a lo mitológico y a lo fantástico. Sus textos destacan por su crudeza y realidad, humor y fantasía. “Lo que más significó, más allá de la satisfacción personal, es que en la devolución, el jurado reconoció las líneas de trabajo que yo había venido tendiendo durante seis años. Ahí sentí que había logrado mucho de lo que me había propuesto antes de empezar a escribir el libro”, declaró Di Benedetto al ser preguntado en una entrevista por el premio obtenido.

En un reportaje que dio a la agencia Pablo Urondo, Di Benedetto comparó su trabajo como poeta con el de un obrero metalúrgico. “Es trabajo de relojero, de orfebre. Sin trabajo no hay nada”. Y allí mismo definió al arte como “un desequilibrio. No un desequilibrio mental, no estoy diciendo que para hacer arte hay que estar loco -aclaró-. Son los desequilibrios del amor, de la muerte, del deseo. Si uno fuera equilibrado sería una planta”.